Un barco de recreo, como cualquier otro tipo de embarcación que se precie, requiere de un mantenimiento anual que, especialmente, se intensifica durante el invierno ya que esta es la época en la que menos se usa. Has de tener en cuenta que, por lo general, las acciones que aquí vamos a detallarte pueden suponerte un 10 % del valor de adquisición del barco. Pero merece, y mucho, la pena.
Acciones indispensables en el mantenimiento de un barco de recreo
Ahora sí, vamos a explicar en detalle todas y cada una de las tareas que debes acometer durante el invierno para que, cuando llegue el verano, tu barco de recreo esté listo para zarpar y brindarte magníficos momentos.
Varada anual de la embarcación
Por varar entendemos sacar el barco del agua haciendo uso de los medios idóneos. Esto se realiza con el propósito de efectuar una limpieza en seco que acabe con la vegetación y la fauna marina que se haya podido adherir a las partes sumergibles del barco (el barbate o conil, por ejemplo). En ese momento también se aprovecha para pintar de nuevo el fondo.
Pero ¿cuáles son los objetivos adicionales que persigue este mantenimiento en seco? Son los siguientes:
1. Que no se produzca una fuerza de arrastre demasiado alta. Esto, que en las embarcaciones de regatas es indispensable también, se traduce, en los barcos de recreo, en un mayor gasto de combustible, en una velocidad máxima menor y en la aparición de vibraciones y problemas en el motor durante la navegación.
2. Que tengan lugar obstrucciones por la fauna y flora marina. Estos microorganismos pueden ocasionar obstrucción en las tomas de agua, lo que conllevará el sobrecalentamiento del motor durante la marcha e, incluso, averías graves. La pintura ‘antifouling‘ es clave para impedirlo.
Hacer caso siempre al fabricante
Nadie mejor que el fabricante de una embarcación para saber qué es lo que necesita exactamente tu barco de recreo y cada cuanto tiempo has de proporcionárselo. En este sentido, en el manual de instrucciones que te daría en el momento de la compra aparecerá el período de tiempo tras el cual deberás efectuar el cambio de aceite, la revisión del motor o el cambio de la bomba de refrigeració, de la correa del alternador y de los filtros.
Lo mejor es que aproveches la época del invierno para acometer estas reparaciones ya que, si cualquiera de esos elementos te da problemas sobre la marcha, además de hacerte perder un agradable día de navegación, pueden estropear otras piezas y hacer que el precio de la avería sea ostensiblemente mayor.
Mantenimiento de elementos no mecánicos del barco
No todos los componentes a revisar se encuentran dentro de la mecánica de tu barco de recreo. Y es que, además, debes asegurarte de que posees los pertinentes chalecos salvavidas o, en su defecto, la balsa de emergencia y las bengalas de señalización. Asimismo, también tienes que asegurarte de que los portillos, las frisas de las escotillas y las anclas están en buen estado.
En el supuesto de que tengas un velero, echa un vistazo junto a un experto a la jarcia y las velas. Además, nunca está de más aprovechar esta época para cambiar las drizas y las escotas, así como cualquier otro elemento que pudiese estar mal.
No realizar este proceso supone un grave riesgo para ti y para todos los que viajan contigo en tu barco de recreo. Además, en caso de que tengas algún problema y, por ejemplo, no lleves chalecos salvavidas y bengalas, puedes encontrarte con una multa por parte de la Guardia Costera.
La higiene en el barco también es básica
En caso de que tu barco de recreo cuente con sentina y WC, asegúrate de echarles un vistazo también. Esto deberás hacerlo, por un lado, con el propósito de asegurarte de que funcionan bien y, por otro, de eliminar cualquier rastro de suciedad que, con la falta de uso, pueda convertirse en malos olores difíciles de eliminar cuando llegue el buen tiempo.
Sigue estos consejos y, cuando empiece a apretar el calor y llegue el buen tiempo allá por el mes de mayo, podrás disfrutar al máximo y sin sobresaltos de tu embarcación de recreo.