A nadie se le escapa que Palma de Mallorca es uno de los lugares con más barcos y veleros de recreo en el Mediterráneo. La cultura del mar se mezcla con el turismo de recreo en todas las Islas Baleares.
Seguro que, si posees una embarcación de cualquier tipo, has escuchado hablar del término ‘antifouling’. De hecho, muchas pinturas cuentan con esa palabra en su envase. Para que sepas exactamente qué es y cómo se aplica, vamos a dedicarle este artículo.
Cuando llega el invierno, o antes del comienzo de la temporada estival, muchos de estas embarcaciones pasan por el taller para su mantenimiento, y dentro de estas labores de mantenimiento, hay una que reviste especial importancia y es la aplicación de la pintura antifouling o antiincrustante.
¿Qué es la pintura ‘antifouling’?
El ‘antifouling’ es, fundamentalmente, un proceso de aplicación de una pintura antiincrustante para los cascos de las embarcaciones cuyo objetivo es el de impedir el crecimiento y la proliferación de los organismos vivos marinos que se adhieren a él. Y es que estos microorganismos, con el paso del tiempo, pueden comprometer gravemente el rendimiento de la nave y ocasionar graves daños en los componentes y los materiales sumergidos bajo el agua.
Por lo general, los microorganismos que más proliferan en los cascos de los barcos son los percebes, las algas y los ‘shipworms’, los cuales impiden que puedan maniobrar correctamente, sobre todo, en el caso de aquellos que utilizan el viento como parte de su sistema de propulsión. Especialmente perligrosos son cuando se asientan en las quillas, los timones y las hélices.
La pintura ‘antifouling’ también tiene la finalidad de actuar como barrera frente a la corrosión en los cascos metálicos y de mejorar el flujo del agua en el caso de las embarcaciones pesqueras. Por lo tanto, también debe entenderse como un elemento hidrodinámico que mejora e incrementa el rendimiento de la nave.
Habitualmente, las pinturas ‘antifouling’ están elaboradas a partir de una mezcla compleja de derivados del cobre y elementos biocidas que dan lugar a una serie de cualidades organoestánnicas. Además, lo más normal es encontrar diferentes tipos en función de la parte del casco en la que se desea aplicar.
La pintura antifouling no protege todas las zonas del barco
La pintura antifouling es una solución fantástica para evitar que algas y percebes se adhieran al casco del barco, sin embargo no soluciona el problema de la incrustación en las tuberías y tomas de agua de los barcos. La incrustación en las tuberías es un gran problema porque hacen que disminuya el caudal de agua que pasa por las tuberías incluso hasta llegar a atorarse por completo. Para evitar esta problemática se utilizan sistemas antifouling fundamentados en la protección catódica. Se basan en la función biocida de cátodos que se liberan mediante el empleo de un circuito eléctrico.
¿Cómo se aplica la pintura ‘antifouling’?
Preparación previa
Tan importante como la calidad de la pintura ‘antifouling’ que se va a aplicar sobre el casco son los pasos previos de preparación que se deben dar. Por lo general, se trata de una tarea delicada, lenta y meticulosa, sobre todo, cuando las zonas a aplicar han sido fabricadas en fibra de vidrio.
Lo primero que hay que hacer es buscar posibles organismos que se hayan adherido al casco y retirarlos manualmente. A continuación, para hacer más efectivo el proceso, llega el momento de eliminar la capa antigua de pintura con lijadora rectangular o circular, según el caso. Eso sí, hay que tener mucho cuidado para no llegar a las capas más profundas del ‘gelcoat’ ni del material de fabricación del casco en sí mismo.
El operario que lleve a cabo el proceso debe usar elementos de protección para su boca y para su nariz ya que las partículas que se desprenderán durante el proceso de lijado son potencialmente tóxicas y pueden afectar gravemente a las vías respiratorias.
Una vez lijada completamente la superficie, hay que limpiarla usando una hidrolimpiadora, es decir, un mecanismo de agua a presión que elimine los granos de polvo de las incrustaciones y las microgrietas. Una vez hecho, llega el turno de enmasillar los desconchones y los agujeros del casco que pudiesen haberse producido.
Aplicación de la pintura ‘antifouling’
Ahora sí, llega el momento de poner la pintura. Para ello, debes crear una base a partir de una solución formada en un 80 % por agua y en un 20 % por salfumán. Esta deberá ser aplicada sobre toda la superficie para acabar con los posibles microorganismos que hayan podido sobrevivir o incrustarse de nuevo.
Tras hacerlo y retirarlo con la hidrolimpiadora, toca poner la pintura ‘antifouling’ sobre el casco. En este sentido, lo normal es que el propio fabricante haya indicado cuál es el tipo más adecuado para él en función de la salinidad que exista en el medio, por lo que hazle caso.
Debes saber que lo habitual es aplicar una cama de pintura y dos adicionales de patente. Además, es importante que seas concienzudo a la hora de pintar el casco ya que cualquier despiste puede provocar que los seres vivos marinos se acumulen y tengas que repetir el proceso. Tampoco olvides que de esto dependerá la imagen final de tu embarcación. Y, como a todos, seguro que te gusta que luzca reluciente y que rinda al máximo al navegar.